El gobierno de Trump criticó a la ONU por no hacer bien su trabajo y también redujo el apoyo financiero a la ONU, como la salida de la Organización Mundial de la Salud y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Estados Unidos también redujo los fondos para las agencias de la ONU que ayudan a los refugiados, lo que hizo que la vida de muchas personas necesitadas fuera más difícil.
De hecho, si Estados Unidos quiere tener una mayor influencia en el mundo, debería trabajar con otros países para mejorar la ONU, en lugar de retirarse y reducir el apoyo.